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"JAPON Y CHINA EN UN ENCRUCIJADA"

 
 
 

Las relaciones entre Japón y China en una encrucijada


Koichiro Gemba, Ministro de Asuntos Exteriores de Japón
Publicado en el International Herald Tribune – 21/11/2012

 

Desde hace algo más de una década, la atención de la Comunidad Internacional en materia de seguridad global se ha centrado en los acontecimientos en Oriente Medio, y la situación en esa región sigue siendo extremadamente volátil.Sin embargo, recientemente la seguridad en la región de Asia-Pacífico también se ha vuelto cada vez más inestable y está causando una mayor preocupación, como queda reflejado en el viraje estratégico de los Estados Unidos hacia la región. Japón, país democrático en Asia, ha contribuido a la paz y a la prosperidad del mundo, basándose en su alianza con los Estados Unidos.


Tras las elecciones presidenciales en Estados Unidos, un nuevo liderazgo ha tomado las riendas respecto a China. La relación de Japón con su vecina China es una de las relaciones bilaterales más importantes para Japón. El Gobierno de Japón desea  mejorar sus relaciones con los nuevos dirigentes de China.


Por otra parte, es un hecho que existe tensión ente los dos países acerca de las Islas Senkaku. Como se puede ver en los medios de comunicación, se han producido protestas anti japonesas de gran envergadura en toda China y ataques a empresas japonesas que tienen ahora que hacer frente a daños y pérdidas por un valor superior a los 100 millones de dólares.


Sin embargo, Japón siempre ha tratado esta situación con calma y mesura. Seguiremos promoviendo una “relación mutuamente beneficiosa basada en intereses estratégicos comunes” entre Japón y China desde una perspectiva amplia. Japón ha reiterado en múltiples ocasiones que el desarrollo de China es una oportunidad para la comunidad internacional, incluido Japón. Esta postura no va a variar.


A los países de Asia-Pacífico les preocupa la evolución de las actividades marítimas de China. En un informe de Hu Jintao en el 18º Congreso Nacional del Partido Comunista, China subraya de forma explícita su política de “salvaguardar con determinación los derechos e intereses marítimos de China y convertir a China en una potencia marítima.”


Claramente, Japón no está solo en el deseo de que esta política se lleve a cabo de acuerdo con el Derecho Internacional y en armonía con las naciones vecinas.  Sin embargo, nos causa gran preocupación lo que estamos viendo en el Mar de China Meridional y en las aguas que rodean las Islas Senkaku. Parece que China está intentando convertir el envío de buques de su Gobierno a esas aguas en algo cotidiano y cambiar el status quo por medio de la coerción.


Asimismo, en el Congreso del Partido, el Presidente Hu afirmó: “China está en contra del hegemonismo y de una política de poder en todas sus formas y nunca buscará la hegemonía ni se embarcará en proyectos expansionistas”. Japón celebra esta postura y desea fervientemente que China demuestre esta política con acciones reales para tranquilizar a sus vecinos. En este contexto, está claro que la situación alrededor de las Islas Senkaku plantea interrogantes no sobre el pasado de un país sino sobre el futuro de nuestra región.


Permítanme aprovechar esta oportunidad para contestar algunas preguntas que se suscitan entre aquellos que muestran preocupación por la actual situación. 


En primer lugar, ¿Por qué Japón adquirió tres de las Islas Senkaku en septiembre?


El objetivo era minimizar cualquier efecto negativo en la relación entre Japón y China. No hay duda alguna de que las Islas Senkaku son parte inherente del territorio japonés de acuerdo con los hechos históricos y el Derecho Internacional. El Gobernador de Tokio, Shintaro Ishihara, anunció el pasado mes de abril su intención de adquirir las Islas Senkaku y construir ahí  una serie de instalaciones. Adquirir las Islas era la mejor y única opción posible para el Gobierno de Japón  de proteger las relaciones bilaterales.


La medida que tomó el Gobierno de Japón fue únicamente una transferencia de los derechos de propiedad de las Islas de acuerdo con la ley interna japonesa, es decir, se produjo la devolución de la propiedad de las Islas -en  manos del Gobierno hasta 1932- por parte de un ciudadano japonés al Gobierno.


Es lamentable que China no haya entendido plenamente cómo funciona la relación entre el Gobierno central y los gobiernos locales en Japón ni cómo se protege la propiedad privada, debido a las diferencias existentes entre los dos países.


En segundo lugar, ¿Está intentando el Gobierno de Japón negar el orden internacional establecido tras de la Segunda Guerra Mundial?


En absoluto. Japón es una nación amante de la paz y ha contribuido de forma notable a  la paz y a la prosperidad de Asia tras la Segunda Guerra Mundial. Esta política es el sello distintivo de Japón que todos sus ciudadanos respaldan firmemente y no cambiará. Una encuesta anual de BBC World Service que mide las percepciones sobre la influencia de los países en el mundo, sitúa a Japón en lo alto del ranking, al considerar que Japón tiene un impacto positivo en el mundo.


En una declaración conjunta de China y Japón, publicada cuando el Presidente Hu visitó Japón en 2008, China declaró: “La parte china expresó su valoración positiva sobre el empeño constante de Japón por convertirse en un país pacífico y sobre su contribución a la paz y estabilidad mundiales a través de medios pacíficos a lo largo de más de 60 años tras la Segunda Guerra Mundial.


Como primer paso tras la guerra, Japón firmó el Tratado de Paz de San Francisco, que fue suscrito por otros 48 países incluidos los Estados Unidos. El Tratado constituye un importante elemento del orden internacional de la posguerra, sin embargo, el Gobierno de China considera el tratado “ilegal y nulo”. Además, China aprobó una Ley sobre el Mar Territorial y la Zona Contigua en 1992 en la que considera a las Islas Senkaku como parte de China, intentando de esta forma cambiar unilateralmente el estatus de las Islas definido en el Tratado de Paz de San Francisco. ¿Qué país, Japón o China, invalida el orden internacional de la posguerra?


En tercer lugar, ¿Por qué Japón no remite el asunto a la Corte Internacional de Justicia?


Ésta es una pregunta que, a menudo, se plantea erróneamente a Japón. Es Japón el que tiene el control efectivo sobre las Islas Senkaku de acuerdo con el Derecho Internacional y es China la que está buscando alterar el status quo. Esta pregunta debería ser planteada a China.


Japón ha aceptado la obligatoriedad de la jurisdicción de la CIJ. Teniendo en cuenta que China está desplegando varias campañas para hacer valer sus posiciones en foros  internacionales, sería lógico que China buscara una solución de acuerdo con el Derecho Internacional.  ¿Por qué no dan muestra alguna de aceptar como obligatoria la jurisdicción de la CIJ y presentan sus argumentos ante la CIJ?


Las relaciones entre Japón y China se encuentran ahora ante una gran encrucijada. Debemos, más que nunca, recordar los enormes esfuerzos llevados a cabo por los líderes de nuestros dos países para normalizar las relaciones y establecer una “relación mutuamente beneficiosa basada en intereses estratégicos comunes”, llevando de esta forma la relación bilateral a un nivel más elevado. Teniendo en cuenta que compartimos intereses estratégicos no sólo en términos de relaciones bilaterales sino también en una variedad de campos, Japón y China se han comprometido a construir lazos mutuamente beneficiosos a través de la cooperación en cada campo.


No podemos hacer concesión alguna en materia de soberanía. Al mismo tiempo, Japón, como miembro responsable de la comunidad internacional, está dispuesto a estabilizar sus relaciones con China. Esperamos que los nuevos dirigentes chinos también adopten un enfoque positivo. 

 

 

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