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OTORGAMIENTO DEL PREMIO DEL MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES 2013
VISITA DEL ESCUADRA DE ENTRENAMIENTO DE LA FUERZA MARÍTIMA DE AUTODEFENSA DE JAPÓN AL PUERTO DE MANZANILLO Y FESTIVAL CULTURAL DE JAPÓN
VISITA DEL MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES KISHIDA A MEXICO, PERU, PANAMA Y LOS ANGELES
OTORGAMIENTO DE CONDECORACION, PRIMAVERA 2013
VISITA DEL PRESIDENTE ENRIQUE PEÑA NIETO A JAPON (DEL 7 AL 10 DE ABRIL DE 2013)
MENSAJE DE CONDOLENCIA DEL MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES DEL JAPÓN, FUMIO KISHIDA, AL SECRETARIO DE RELACIONES EXTERIOES DE MEXICO, EXCMO. SR. JOSE ANTONIO MEADE KURIBREÑA, POR LA EXPLOSIÓN EN LA TORRE PEMEX
VISITA DEL VICEMINISTRO PARLAMENTARIO PARA ASUNTOS EXTERIORES, KENTA WAKABAYASHI, A MEXICO Y LA REPUBLICA DOMINICANA
OTORGAMIENTO DE CONDECORACION, OTOÑO 2012
APOYO AL PROYECTO EN MEXICO A TRAVES DEL FONDO FIDUCIARIO DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA SEGURIDAD HUMANA (UNTFHS)
TRANSMISIÓN DEL MENSAJE DE FELICITACIÓN DEL PRIMER MINISTRO NODA AL LIC. PEÑA NIETO POR SU VICTORIA EN LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES
OTORGAMIENTO DE LA CONDECORACIÓN DE LA ORDEN DEL SOL NACIENTE, RAYOS DE ORO CON COLLAR DE LISTÓN AL SEÑOR TOMÁS ROBERTO GONZÁLEZ SADA
CEREMONIA DE PLANTACION DEL ARBOL DE CEREZO EN LA CAMARA DE DIPUTADOS
CEREMONIA DE PLANTACION DEL ARBOL DE CEREZO EN EL SENADO DE LA REPÚBLICA
FIRMA DEL PROTOCOLO MODIFICATORIO AL ACUERDO PARA EL FORTALECIMIENTO DE LA ASOCIACION ECONOMICA ENTRE MEXICO Y JAPON (23-09-2011)
RESUMEN DEL RESULTADO DE LA OPINION PUBLICA SOBRE LA IMAGEN DE LOS MEXICANOS HACIA JAPON
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PRÓLOGO |
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LAS RELACIONES HISTÓRICAS
ENTRE MÉXICO Y JAPÓN
México se encuentra a una gran distancia del Japón,
misma que la actualidad es posible salvar en corto
tiempo, gracias a la tecnología moderna , y si
ambos países tienen sus propias peculiaridades, a
veces opuestas entre sí, también existen grandes
similitudes en los valores humanos de cada pueblo,
lo que permite establecer una profunda
identificación recíproca entre los dos países.
El Pueblo japonés y el mexicano , caracterizados
por su sensibilidad artística y sus ideales de
armonía y concordia hacia los demás pueblos del
mundo, iniciaron sus amistades amistosos desde
tiempos remotos, cuyos vínculos se han estrechado
con el intercambio cultural y comercial, mediante
el trato equitativo y respeto mutuo.
La época de los galeones han pasado a la historia
con sus viajes inusitadamente largos y peligrosos;
las modernas formas de comunicación permiten
ponerse en contacto de inmediato, y
afortunadamente facilitan el diálogo y
acercamiento de todos los pueblos.
Al presentar esta breve síntesis, nos anima el
profundo deseo de contribuir al mayor conocimiento
y comprensión de las relaciones entre los dos
pueblos.
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RELACIONES
INICIALES |
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RELACIONES INICIALES ENTRE MÉXICO Y JAPÓN
España, después de conquistar las Filipinas
realizaba todo tipo de intercambio con Oriente a
través de la Nueva España, nombre que a la sazón
tenía el territorio que actualmente es México.
El espíritu explorador y de aventura que se había
desarrollado en España, hizo renacer su
inquietud de siempre de llegar al Japón para
incrementar su comercio. En 1561 Fray Andrés de
Urdaneta recibió ordenes de que, siguiendo la
ruta de Acapulco a las Filipinas, buscara unas
islas que debieran estar entre el continente
americano el chino, en especial aquellas islas
japonesas ricas en oro y plata.
Sin embargo, fue hasta enero de 1564 cuando Fray
Andrés de Urdaneta zarpó del puerto Barra de
Navidad con la flota de expedición dirigida por
Miguel López de Lagaspi, y con la orden de la
Audiencia de México, de que en caso de
encontrar dichas islas, deberían tratar
amistosamente sus habitantes, quienes ya tenían
fama de ser excelentes trabajadores.
En el año de 1567, Legaspi envió al Rey de
España, Felipe IX el informe que existían
grandes islas en Filipinas, como Luzón y Midoro,
mismas que fueron colonizadas por su expedición,
y donde chinos y japoneses llegaban para
fomentar su comercio. En 1575, Juan Pacheco
Maldonado informó a Felipe Iisobre el comercio
que realizaba Japón en Filipinas. Este era muy
extenso, con variados artículos de intercambio,
ya que los barcos japoneses que llegaban a
Manila llevaban trigo, carne salada, cuchillería,
biombos, jaulas, vasijas con dibujos de oro
sobre laca, abanicos de papel, etc. Al regresar,
su carga consistía en oro, piel de venado,
vasijas de barro, ahuizcle, seda cruda, vino,
espejos y otras mercancías europeas que habían
sido enviadas desde México. Los españoles que
visitaban Filipinas, algunos de ellos nacidos en
México, tenían su centro de actividades en
este país. Así fue como se inició el primer
contacto comercial entre México y Japón.
En 1609, ocurrió el acontecimiento histórico
muy importante entre la Nueva España y Japón;
Don Rodrigo de Vivero, Gobernador de las
Filipinas en su viaje de regreso a México,
naufragó frente a las costas del Japón. Los
japoneses auxiliaron a 370 náufragos y les
brindaron su hospitalidad durante el tiempo que
hubieron de permanecer en Japón. Asimismo
Vivero fue recibido por el segundo Shogun
Tokugawa en el Estado actual de Tokio, y
posteriormente, se entrevistó con Ieyasu (fundador
del Shogunato Tokugawa) en Sumpu, actual
prefectura de Shizuoka. En la segunda entrevista
que Vivero tuvo con las autoridades del gobierno
japonés, se hicieron negociaciones sobre
intercambio comercial, navegación, cooperación
técnica y sobre divulgación de la fe Cristiana.
Vivero solicitó que en la costa oriental de Japón
se construyera una factoría con instalaciones
de almacenes y astilleros para los barcos españoles.
También requirió que se construyeran templos
para ser atendidos por los misioneros españoles,
y que a todas las delegaciones enviadas el Rey
de España les fuera dispensado un trato honroso,
así como se prestara toda la ayuda necesaria a
los españoles en caso de naufragio. Además
demandó que se expulsaran a los holandeses de
la isla con quienes Japón mantenía tratos
comerciales.
Ieyasu pidió a Vivero la apertura del comercio
con España, y el envío de mineros
especialistas en plata, pilotos y marineros de
la Nueva España, ya que en esa época Japón
carecía de la tecnología occidental y prácticamente
se encontraba en desventaja en cuando al
desarrollo de dichas técnicas.
Después de permanecer por un tiempo visitando
las islas japoneses, Vivero partió con su misión
y con algunos japoneses del puerto de Uraga
hacia Acapulco, en el Barco de San Buenaventura
de 120 toneladas, construido anteriormente en
Japón con la ayuda técnica del ingeniero inglés
William Adams, según indicaciones dadas por
Ieyasu.
Luis de Velazco II, Virrey de la Nueva España
dio una buena acogida a los jóvenes que
llegaron con Rodrigo de Vivero en México, y
convocó a su consejo, en donde se discutió el
envío de la expedición para descubrir las
fabulosas islas abundantes en oro y plata, que
suponían existir en Japón. En esta junta se
decidió enviar una misión bajo el mando de
Sebastián Bizcaino, en viaje directo al Japón,
para sgrandecer a Ieyasu e Hidetada la
hospitalidad brindada a Vivero y devolver los
cuatro mil ducados que Vivero debía al Japón,
además del costo del Barco de Buenaventura.
Vizcaíno salió de Acapulco el 22 de marzo de
1611y llegó a Uraga el 10 de junio del mismo año,
llevando consigo la respuesta del virrey a la
carta de Ieyasu, los retratos del Rey de España,
de la Reina y del Príncipe, también regalos,
entre otros un reloj hecho en Madrid en 1581, el
primero que se vio en Japón y que actualmente
forma parte del tesoro del templo Toshogu del
monte Kuno. Después de su visita a Edo y Sumpu,
Vizcaíno organizó una expedición para
emprender la infructuosa búsqueda de las "islas
ricas de oro y plata". Además la situación
política japonesa había cambiado notablemente,
comparada cuando estuvo Vivero, de modo que
Vizcaíno no pudo concretar nada en sus
negociaciones.
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"PRIMERA
EMBAJADA EN LA NUEVA ESPAÑA" |
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De acuerdo con el consejo de los jesuitas que ya
se encontraban instalados en Japón para el
ejercicio de su misión, tres daimyos (señores
feudales) de Kyushu, organizaron la primera
embajada japonesa a Europa, la cual se dirigió
a través de la ruta Macao, Molucas, India y
Cabo de Buena Esperanza, exclusivamente a
Portugal y a Roma. Por otra parte, el fraile
franciscano Luis Sotelo propuso a Masumune Date,
daimyo de noreste de Japón , una nueva embajada
en la Nueva España y Europa. Masamune aceptó
su propuesta y mandó una delegación del Virrey
en Nueva España, al Rey de España y al Sumo
Pontífice, con la idea de que fueran enviados
frailes de la Orden de San Francisco para la
conversión de sus vasallos al cristianismo, y
también la posibilidad de adquirir los
conocimientos de la tecnología de las minas
mexicanas de plata. Este grupo estaba
constituido por tres frailes franciscanos, entre
ellos Sotelo, y ciento ochenta japoneses
encabezados por Rokuemon Tsunenaga Hasekura.
La misión de Hasekura zarpó el 28 de octubre
de 1613 del puerto de Tsukino-Ura en el barco de
Mutsu-maru, llamado por los españoles San Juan
Bautista, y arribó a Acapulco el 25 de enero de
1614. De ahí se trasladaron a la capital
mexicana en donde el Virrey Diego Fernández de
Córdoba recibió afectuosamente al grupo
encabezado por Hsekura. En esta ocasión le
entregó la Carta de Mesamuve Data con sus
proposiciones, entre varias de las cuales requería,
misioneros cristianos de la orden franciscana
para la evangelización de sus vasallos, pilotos
y marinos, libre comercio recíproco de artículos
japoneses entre México y Japón, y prometía
que expulsaría a los ingleses y holandeses
enemigos del Rey de España que llegaran a sus
dominios.
La respuesta del Virrey a la propuesta de
Masamune Date, fue con cierta reserva, ya que
debería esperar la resolución de Madrid a este
asunto. La recepción que por su parte ofreció
a la delegación japonesa, fue en una casa
cercana a la Iglesia de San Francisco de la
Ciudad de México, donde les brindó alojamiento.
Precisamente en esta iglesia, fueron bautizados
78 integrantes del grupo y confirmados por el
Arzobispo, a excepción de Hasekura, quien sería
bautizado posteriormente en Madrid. Dos meses más
tarde, Hasekura, Sotelo y sus 20 acompañantes
japoneses partieron para Europa, y en su viaje a
Veracruz pasaron por las Ciudades de Puebla y
Jalapa donde fueron recibidos por grandes
fiestas y agasajos. Su salida de Veracruz, junto
con junto con Sotelo y parte de su misión, fue
el 10 de junio de 1614, pasando por la Habana,
para llegar a Sevilla el 5 de octubre de ese
mismo año.
Dos años después de su salida hacia Europa,
Hasekura volvió a México en febrero de 1617
para seguir su viaje de regreso al Japón. Al
llegar a Acapulco, fue recibido entusiastamente
por la mayoría de la misión que había quedado
en la Nueva España, y encontró que algunos de
ellos se habían establecido formando familia en
México. Hasekura llamó la atención por la
forma de verle vestido a la usanza cortesana de
los nobles españoles. La embajada de Hasekura,
acompañado por Sotelo, finalmente zarpó en
abril de 1618 con destino a Manila. Cuando llegó
al Japón encontró que la religión cristiana
había sido rigurosamente prohibida y tuvieron
que renunciar a la religión católica y al
bautismo que habían recibido en su visita a la
corte española.
Los primeros intentos por establecer relaciones
comerciales y amistosas entre Japón y México
terminaron en fracaso. México no estaba
entonces en posibilidades de contestar
inmediatamente y positivamente a la solicitud
japonesa por estar sujeto a las disposiciones
del rey español y por la envidias de los
residentes en Manila y Madrid. Por otra parte,
impidió el desarrollo de las incipientes
relaciones comerciales con la Nueva España, la
lucha de holandeses e ingleses por monopolizar
el comercio con Japón, que ya conocían también
la rivalidad que existía entre españoles y
portugueses en lo comercial y lo religioso
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"ÉPOCA
DE SAKOKU: AISLAMIENTO NACIONAL" |
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En 1639 Japón optó por la política de
aislamiento nacional, con lo cual prohibió el
comercio con el extranjero, exceptuando el de
los holandeses y de los chinos de Dejima en
Nagasaki. Los japoneses no podrían salir del
territorio y quienes se encontraban en el
extranjero no podían regresar. Japón se sumió
prácticamente en un ostracismo completo. La única
lengua europea que se mantuvo vigente fue la
holandesa. En la historia de la medicina se dice
que hubo una época en que la curiosidad científica
llevó a los médicos del Japón a aprender este
idioma, para poder comprender los textos
holandeses desde diserción que habían llegada
sus manos y que diferían enormemente de los
textos chinos que hasta entonces eran conocidos
por ellos, hecho que en cierta forma marcó los
inicios del encuentro con la civilización y
cultura occidental.
En el año de 1709, fue publicado en Japón un
libro titulado Kai-tsusho-ko de Zyoken Nishikawa
sobre geografía mundial. En el capítulo
correspondiente a México se mencionaba un ave,
quizá el pavo o el guajolote; se decía también
que había cien mil casas particulares y que la
tierra era muy fértil. Aunque México no tuvo
contacto con Japón durante 99 años el
franciscano Fr. Melchor Ollanguren, que por
muchos años fue agente de comunicaciones de
Filipinas, publicó en México una gramática
para el aprendizaje de la lengua japonesa.
En 1841, el barco Eiju Maru fue sorprendido por
una tempestad en su viaje a Oshu, región del
noreste del Japón. Durante 120 días flotó a
la deriva hasta el sureste, hasta que un barco
español lo rescató y lo llevó a la península
de Baja California de Baja California. Hatsutaro
y otros doce japoneses desembarcaron en el Cabo
de San Lucas, en donde permanecieron hasta ser
llevados a San José California, lugar donde
vivieron casi 7 meses. Los japoneses fueron
alojados en casas particulares y recibieron una
cordial atención. La familia que se encargo de
atender a Hatsutaro, lo trató con particular
afecto, enseñándole a leer y a escribir español.
Estos hechos. a pesar de las barreras que existían
y que limitaban las relaciones demostraron, sin
duda, el deseo que tenían ambos pueblos de
conocerse mutuamente.
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"VISITAS
DE OBSERVADORES MEXICANOS AL JAPÓN (ÉPOCA
MEIJI)" |
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Con motivo de la aproximación del
planeta Venus a la tierra, cuya máxima cercanía
ocurriría el día 9 de diciembre de 1874, científicos
de Inglaterra, Estados Unidos, Francia se citaron en la
ciudad de Nagasaki, Japón para observar el fenómeno.
Asimismo, el Subsecretario de Comunicaciones de México,
el Sr. Díaz Covarrubias viajó a Japón a principios de
noviembre con tal propósito, pero en virtud de haber
llegado con atraso para dirigirse a Nagasaki, tuvo que
establecer su observatorio en Yokohama.
Japón no admitía en aquel tiempo que los extranjeros
vivieran fuera del territorio de concesión. Sin
embargo, el Gobierno japonés no sólo autorizó al
grupo de observadores mexicanos, con todas las
facilidades posibles, sino a demás envió dos oficiales,
un estudiante de marina y un funcionario del Ministerio
de Educación, como asistentes a la observación del
astro. El observatorio de México se encontraba muy
cerca de Tokio, por lo cual los observadores mexicanos
pudieron fácilmente fomentar amistad con funcionarios
japoneses y su pueblo. A la sazón, en México se discutía
el plan de introducir algunos inmigrantes y Covarrubias
en su informe insistió en que debieran ser japoneses,
ya que el había podido apreciar que era gente laboriosa,
inteligente y cortés.
En el año de 1853, el Comandante Matthew C. Perry de
los Estados Unidos, entró por primera vez en la bahía
de Tokio con una escuadra de cuatro barcos con el propósito
de convencer a los japoneses que cesaran su política de
aislamiento. Posteriormente regreso al año siguiente y
concretó con Japón un trato de amistad. A continuación,
en el mismo año se firmaron tratados similares con
Rusia, Gran Bretaña y los países Bajos, de esta forma
Japón se abrió nuevamente al intercambio internacional.
Estos tratados se cambiaron cuatro años más tarde por
tratados comerciales con las grandes potencias
occidentales. Sin embargo, en el tratado comercial con
los Estados Unidos, Japón les concedió la
extraterritorialidad para sus nacionales y condiciones
un tanto inequitativas en lo referente a las tarifas
arancelarias. Es así, de acuerdo con la cláusula de la
nación más favorecida, Japón se vio obligado en tener
que acordar las mismas concesiones en los tratados con
otros países, con la cual sufrió un rigurosa restricción
jurisdiccional y aduanal, en detrimento de sus propios
derechos.
Desde el inicio de la época Meiji, Japón se sintió
perjudicado a causa de esos tratados desiguales. En
cambio, México al negociar un Tratado con Japón en
1889, estuvo de acuerdo a renunciar al derecho de
extraterritorialidad y concedió el derecho de fijar
tarifas aduanales firmando un Tratado de igualdad con el
Japón.
Hasta entonces, el Japón como única forma de
resistencia contra la desigualdad, no permitía que los
extranjeros vivieran en el interior del país, pero por
el Tratado en términos de igualdad, suscrito con México
, se permitió que los ciudadanos mexicanos pudieran
establecerse, residir y viajar en todo el territorio
japonés, y que se dedicaran al comercio, obedeciendo
las leyes del país.
Para Japón, éste fue el primer Tratado de Igualdad
concluido con países extranjeros, y gracias a él pudo
negociar y establecer términos de igualdad en los
tratados con otros países. Actualmente, las relaciones
entre estas naciones, abarca facetas tanto en el ámbito
político, como económico y social. Estos estudios se
abordarán en artículos subsecuentes dentro de la misma
página electrónica.
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