Arai Kinta, el famoso diplomático, llegó a México en plena Revolución. Los jóvenes diplomáticos durante esa etapa, Ito Kei-ichi y Baba Shotoku, tuvieron gran actividad en diversas áreas de la embajada, aunque Arai sobresalía por tener un carácter magnánimo.
            Arai fue el que propuso la idea de extender la bandera del Sol Naciente en la entrada de la residencia del embajador cuando el ejército de Victoriano Huerta pretendió ingresar a la misma y llevarse de manera violenta a la familia del presidente Madero. La esposa del presidente conocía personalmente a la familia del ministro japonés, Kimaichi Horiguchi, por lo que se refugió en la residencia del ministro, huyendo del ejército golpista que asesinó al presidente Madero durante esa revuelta conocida como  “Decena Trágica”.
    Arai tuvo tres hijos, Tsuneo (profesor de biología de la UNAM), Hisako (Ministerio de Comercio y Agricultura durante el gobierno del presidente Lázaro Cárdenas) y Teruo (profesor de arquitectura en la UNAM). Cada uno dejó sus brillantes logros en el mundo de la educación y la política en México. Sin embargo, como los tres permanecieron solteros la familia Arai se extinguió con ellos.
    El periódico japonés, Osaka Mainichi Shinbun, escribió un artículo sobre Hisako Arai el 17 de marzo de 1936. Reproduzco de manera extensa el artículo pues describe de manera clara la personalidad de Arai:

 

LA BELLA DIRECTORA DEL DEPARTAMENTO DE COMERCIO EXTERIOR


  LA GRAN ACTIVIDAD DE ARAI HISAKO DE VEITIDÓS  AÑOS DE EDAD."

¡Compatriotas, les traigo alegres nuevas que son difíciles de imaginar siquiera en Japón! Se trata de quien dirige el Departamento de Comercio Exterior de México, cuya valerosa actitud causa temor en los más veteranos como si se tratara del mismo Lucifer, pero tal “director” es una bella mujer de tan sólo veintidós  años de edad. Además, no puede dejar de parecernos simpática ya que es una japonesa de segunda generación, hija de un respetado japonés. Su nombre es Arai Hisako. Esta historia verdadera que parece cuento de hadas es como se expresa a continuación.    
El padre de la joven y bella señorita Arai Hisako, es el señor Arai Kinta quien actualmente es profesor de la Universidad de México y quien fuera el primer secretario en la embajada japonesa en México. Recibió una buena disciplina de su padre y además de haberse titulado en Literatura en la Universidad de Madrid, también tiene el título en Leyes de la Universidad Nacional de México.
     A ella le gustaba el estudio de las leyes por lo que aspiraba ser abogada. Cuando se graduó presentó una tesis de más de 150 páginas cuyo título era “La independencia de Manchuria vista desde el Derecho Internacional”, sembrando con ello las semillas de su reputación. De este modo, Hisako, ya habiendo obtenido el título de abogada, inmediatamente después de graduarse, le fue encargado el puesto de Consejera de Agricultura y Fomento.
     A principios del año pasado, junto con la toma de poder del actual presidente se independizó el Departamento Forestal de Caza y Pesca de dicha corporación pero cuando dependían directamente de Gobernación, Hisako ocupó el puesto de consejera especializada en la nueva entidad gubernamental. Sobre todo, el nuevo presidente, considerando que la tecnología pesquera es exclusiva de Japón, entre otras cosas, invitó a dos técnicos en pesca japoneses, como resultado, se dice, de los esfuerzos de la señorita Hisako en darle sus consejos.
     De este modo, la Consejera, señorita Arai, había progresado notablemente. En otoño del año pasado fue seleccionada como directora del Departamento de Comercio Exterior  de un solo salto. No sería raro que la gente se hubiera quedado atónita al tratarse de una mujer de veintidós años.
     En verdad que la señorita Arai lleva la esforzada sangre de japonesa. Por supuesto que se ha destacado en sus resultados en empleos pasados y su actitud seria fueron reconocidos por el Director. Aunque, no puedo alardear de ello, sé que la señorita Arai como directora del Departamento de Comercio Exterior no aceptará sobornos  a diferencia de otros licenciados y por ello su promoción ha causado envidia entre muchos hombres.
     En realidad, hasta antes de que Hisako se convirtiera en directora del Departamento de Comercio Exterior los ingresos por multas habían sido de unos 10 mil de dólares por mes, pero desde que ella entró, se han elevado a unos cientos de miles. Con este motivo, tengo que hacer que notar que su severidad y su desempeño pueden vencer a cualquier hombre.

 

LA DIOSA SALVADORA

     El salario mensual de la Consejera Arai es de 600 dólares. Si visita uno el Departamento de Comercio Exterior puede uno presenciar la gallarda figura de Hisako dando órdenes y dirigiendo con un silbato a los mecanógrafos y funcionarios varones egresados de la Universidad. No puede haber algo tan agradable como esto para un japonés  residente en México.
    Hace tiempo, cuando un barco pesquero de japoneses de California en Norte América fue apresado por un navío militar mexicano por pesca ilegal en costas mexicanas, este caso fue supervisado por la Consejera Arai.
     La señorita se dirigió al Ministerio de Marina clamando la injusticia del arresto, y de ese modo, según la reclamación, el grupo de pescadores fue liberado y ellos le quedaron agradecidos como si fuera una Diosa salvadora.
     Actualmente, Hisako quien continúa imparable, y siendo que domina varias lenguas extranjeras, si México llega a reconocer como nación a Manchuria, se dice que sería una poderosa candidata a convertirse en la primera embajadora en Manchuria.”

 

UN NOVEL ARQUITECTO
   ARAI TERUO

Alberto Teruo Arai Espinoza (1915-1955) estudió literatura, filosofía y arquitectura en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) siendo uno de los más notables en el mundo de la arquitectura del siglo XX.
     Sus obras más destacadas son la Facultad de Odontología de la Universidad de Veracruz, el Mercado Primero de Mayo de Pachuca, la Escuela primaria Cintalapa en Chiapas, entre otras. Tal vez los campos de frontón dentro de la UNAM al estilo maya, son su obra arquitectónica más representativa.
    Teruo, como miembro fundador del consejo directivo de la Asociación México Japonesa, también realizó el proyecto del edificio de la misma, pero falleció a los 44 años de edad sin verla concluida. El actual edificio de la Asociación México Japonesa fue su última obra, la parte de sus cimientos es similar a la de los campos de frontón.
 

 


(foto izquierda)

 

ARAI KINTA

Arai Kinta (1878-1951) era Originario de Ueda en la prefectura de Nagano. Después de haber estudiado leyes en la Universidad de Madrid, ingresó al Ministerio de Relaciones Exteriores. En 1909, fungió como secretario en la embajada en México y el año siguiente se casó con una mujer mexicana.
     En 1917, después de haber sido embajador en España, en 1931 fue enviado de nuevo a México como embajador. Después de retirarse del Ministerio de Relaciones Exteriores, permaneció en México enseñando la cultura japonesa y el idioma japonés en la UNAM. Se dice que hablaba 10 idiomas y que a los 65 años de edad comenzó a estudiar náhuatl. Sin tener contacto alguno con la comunidad japonesa, se hizo miembro de varias asociaciones académicas mexicanas. Falleció en México a la edad de 73 años.
     Su paisano el Canciller Baba Shotoku, se expresó acerca de Arai en la “Historia de los migrantes japoneses en México” del siguiente modo:
“Ese, mi amigo Arai, vino a presumir que lo habían invitado a una boda de la hija de un superintendente de la policía en la Ciudad de México o algo así. Hasta hizo unos departamentos y dijo que mientras estuviera él ahí, que no se acercara ni un solo japonés. Es un tipo de gran vigor pero todos decían groserías de él como que Arai era un cerdo semental.