10. ¡Baba , Ve a México!
A finales de 1910 en México surgió una rebelión encabezada entre otros por Francisco Villa y se extendió una lucha feroz contra el ejército del gobierno. Bajo el dominio del ejército rebelde, aproximadamente mil migrantes japoneses vieron amenazadas sus vidas y propiedades.
En la franja territorial bajo el poderío del ejército del gobierno, se pudo extender la ayuda del enviado especial Adachi, pero no había nada que se pudiera hacer por los japoneses en el domino del ejército rebelde. Por ello el Ministerio de Asuntos Exteriores, a través del embajador en Estados Unidos, Chindan, hizo que un diplomático residente en ese país se introdujera clandestinamente a México, para que, mientras analizaba la situación, diera protección a sus compatriotas.
Se decidió que sería enviado el secretario Baba, hábil en el idioma español y quien se encontraba en Chicago. Desde 1913 hasta 1914, teniendo su base en Eagle Pass en Estados Unidos, yendo y viniendo decenas de veces a través de la frontera con México, tuvo éxito en conseguir la migración a Norte América, rescatando a más de 900 connacionales residentes ahí, dividiendo sus facultades, la mitad como diplomático extranjero y la mitad a título personal.
En ese periodo, cuando se encontraba con Villa para solicitarle la protección de los japoneses, le fue dicho que se colaboraría con él si tenía facultades como cónsul japonés oficial, pero al no tenerla, recibió una negación rotunda de colaboración. Aunque le solicitara sus cartas credenciales, no podía presentarlas como miembro del gobierno japonés ante el ejército rebelde. Baba, quien se vio atrapado entre “la espada y la pared”, persistió tenazmente en decir que era algo que le pedía como “amigos”.
Por otra parte, los migrantes japoneses solicitaban a Baba el auxilio de protección por parte del gobierno japonés. Él lo comunicó de ese modo a la sede del Ministerio pero fue reprendido por el embajador Chinda por haberse saltado a sus autoridades.
Dentro de la guerra civil, los fusilamientos y los saqueos eran el “pan de todos los días”. Los migrantes japoneses temblaban de miedo por la inseguridad, y en ocasiones se reunían en los parques para conversar acerca de las contramedidas que podían tomar. Baba por fin consiguió un pase de tránsito y ya pudo realizar sus actividades.
Pasado un tiempo, fue enviado a México desde Japón el navío “Izumo” que tenía como objetivo la protección de los japoneses. Se oían noticias de que esa partida se había presentado con los oficiales del ejército rebelde, que los oficiales de la naval japonesa se habían aparecido en la línea de combate, etcétera. También fue tema de conversación el rumor de que un valeroso japonés, que había participado en la guerra contra Rusia, había formado un ejército de voluntarios y estaba participando en las luchas revolucionarias. Por algún lado había fluido una información falsa pero no era cierto. No obstante, lo que sí habían hecho era obligar a los japoneses a que montaran a caballo, tomaran un rifle, y se les había hecho correr en la línea del frente de batalla.
Baba padeció dificultades dentro de todo eso, e incluso fue detenido una noche en prisión. También había sido víctima de violencia por parte de los oficiales de migración estadounidense.
Los esfuerzos de Baba de medio año dieron frutos; salvando a más de 900 migrantes japoneses. Logró transferirlos como trabajadores a las zonas de industria algodonera norteamericana.
Después de ello, las cosas se calmaron hasta cierto grado y Baba retornó a su puesto en Chicago pero, sus actividades que se extendieron por medio año dentro la extrema insalubridad de México, dañaron su salud, y finalmente regresó a Japón para recuperarse de sus enfermedades y no tuvo más remedio que renunciar al Ministerio de Asuntos Exteriores.
Baba Shoutoku (al centro). Se desconoce la hora, día y lugar de la fotografía pero pareciera ser la oficina del consulado en Chicago (“La luna de México, la luna de Shinshu”).
*Pie de foto: Puente colgante sobre el Río Grande en la frontera entre México y Estados Unidos. Shoutoku transitó de ida y vuelta muchas veces por este puente.
*Pie de foto: Marcas de bala de la guerra civil durante la Revolución
(Resumen escrito con lo dictado por Shoutoku a Baba Taro, “Historia de la Migración japonesa a México”)