11. El hombre que
intento asesinar a
Pancho Villa
Después de noviembre de 1910, continuó la situación de disturbios en México. El país se vio sumergido en la era de la división territorial de los grupos rivales: Carranza, Obregón, Villa y Zapata.
En medio de todo eso, las batallas que definieron la tendencia del estado de guerra en abril de 1915, se extendieron repetidamente en Celaya, Guanajuato. La poderosa división principal de Villa de 25 mil hombres se enfrentó por la supremacía en la Revolución contra el total del ejército de Obregón de 15 mil miembros.
El ejército de Villa cayó derrotado, con el resultado 14 mil muertos en la guerra, ante el ejército de Obregón quien hizo uso libre de las nuevas tácticas militares. Trescientos oficiales del ejército de Villa fueron capturados; fueron perseguidos hasta una granja en las cercanías de Celaya y fusilados con ametralladoras, después se les bañó con petróleo y se les prendió fuego.
La causa principal de la derrota de Villa fue que cayó ante las técnicas marciales del lado de Obregón. Éstas fueron: las cercas de alambre, trincheras y numerosas ametralladoras que fueron instaladas. Sin embargo, la causa verdadera estaba en otro lado. La pólvora para cañón que compró de Estados Unidos era algo cercano a una falsificación; su fuerza explosiva era débil y no podía alcanzar la distancia del objetivo. Francisco Villa, “el general invencible”, enfurecido, salió en busca de venganza.
VILLA ATACA POR SORPRESA ATRAVESANDO LA FRONTERA
La evidencia de ello es el “caso de la invasión a Columbus” el año siguiente, 9 de marzo de 1916. Cerca de 360 miembros del ejército de Villa, a las 4 de la madrugada, cruzaron la frontera, atacaron el pequeño poblado de Columbus en el Estado de Nuevo México, incendiaron bancos, oficinas de correos, hoteles, etcétera. Usurparon más de 40 caballos, armas y pólvora para luego retirarse a México con toda calma. También fueron secuestradas varias mujeres jóvenes. Hubo 18 muertos del lado Norteamericano.
EL EJÉRCITO DE PERSECUCIÓN SE DIRIGE A MÉXICO
Wilson, el presidente norteamericano, teniendo como apoyo la indignada opinión pública, al día siguiente, de inmediato, ordenó la persecución de Villa con lo cual el ejército Norteamericano de 3 mil hombres cruzó consecutivamente la frontera. No hubo un comunicado oficial de los hechos al gobierno mexicano. El comandante supremo fue el general John Pershing.
Ellos extendieron sus estrategias mayores enviando repetidamente aviones de inspección, pero fueron burlados por el ejército de Villa que conocía a profundidad las montañas de Chihuahua, por lo que quedaron maniatados es sus acciones. Se cuenta incluso que el mismo Villa se atrevió a disfrazarse de campesino y, junto con algunos oficiales, fue a vender huevos al campamento del ejército Norteamericano con el fin de inspeccionar la situación.
REACCIÓN CONTRA EL EJÉRCITO NORTEAMERICANO
Por mucho que todo fuera por la causa legítima de la persecución de Villa, los mexicanos comenzaron a oponerse a que el ejército norteamericano se movilizara en su propio territorio, “enfrente de sus narices”. Para empezar, se trataba de la región norte en donde Villa gozaba de gran simpatía. Los sentimientos patrióticos de los mexicanos explotaron contra la invasión del ejército norteamericano que se alargaba y poco a poco se fueron elevando las voces de protesta. Villa era un héroe para los campesinos, era un Robin Hood para ellos.
Pie de foto: Francisco Villa
Pie de foto: General John Pershing