Aun así, en la sede del ejército de persecución de Villa que había sido instalada en El Paso, actuaban fervorosamente para atrapar al odiado Francisco Villa, fuera cual fuera el medio.  De ahí surgió el “Plan de Asesinato”.
     En una investigación ultra secreta en la sede, se supo que la persona de mayor confianza de Villa era un japonés llamado Chon. “Chon” era la forma mexicanizada de llamar a “Jo”. Los norteamericanos descubrieron que, después de la herida en la pierna derecha, Villa siempre tenía cerca a Jo y que prácticamente comían y dormían juntos. El lado norteamericano comenzó a aproximarse a Jo.

 

RECOMPENSA DE 50 MIL DÓLARES

 

En El Paso se encontraba estaba la Asociación de la Prefectura de Miyagi. En la Asociación de Ancianos había un hombre llamado Fujita. Era un anciano que no tenía familia y vivía solo. Estados Unidos se acercó a Fujita quien tenía problemas económicos. Comenzaron a convencer a Fujita diciéndole: “Te pagamos 500 dólares. ¿No podrías hacer contacto con Jo y convencerlo de que sea el asesino?”
     Las condiciones expresadas para el asesinato por el lado americano fueron tres: “recompensa de 50 mil dólares, residencia permanente en los Estados Unidos y pensión vitalicia”.
     Fujita se encontró de inmediato con Jo y lo convenció diciéndole: “Puedes cumplir tu ambición de comenzar tu empresa en Texas como habías dicho que querías. Es una buena oportunidad”. Jo, sentía remordimientos de conciencia al traicionar a Villa con quien tenía una relación de confianza, pero su corazón fue alterado por lo que Fujita le dijo.  La codicia lo hizo decidirse. Quería afianzar esa oportunidad en los Estados Unidos.

 

¡PON VENENO EN SU CAFÉ!

 

Fujita sacó el veneno y se lo mostró a Jo. Le dijo: “Pónselo en el café, si haces que lo beba mientras está caliente, se conseguirá el objetivo.  En unos 5 minutos perderá el conocimiento y perderá la vida con violentas convulsiones.”
     La ejecución fue planeada para llevarse a cabo durante la cena. Era costumbre de todas las noches de Villa el platicar y reír mientras cada quien asaba su cecina formando un círculo rodeando la fogata acompañado de 10 oficiales. Jo, aparentando toda naturaleza, entró a la cueva que servía para cocinar. Era justo la repartición de la comida y todos estaban muy ocupados dentro de la cueva.
     El jarro de café de Villa era blanco con dibujos de rosas. Untó velozmente el fondo del jarro con el veneno oculto en su mano, y apresuradamente se retiró de la cocina.  Jo, quien había salido de la cueva, se montó en el lomo de un caballo y echó a correr con todas sus fuerzas lejos del campamento de Villa. Todos los oficiales rieron a carcajadas en el círculo de Villa cuando uno de los oficiales dijo: “Al parecer Chon comió demasiado y se enfermó de la panza”.

 

FRACASA EL ASESINATO

 

Jo, quien intentó llevar a cabo el asesinato de Villa, continuó corriendo teniendo como objetivo el campamento estadounidense a 70 km más adelante. En el campamento lo estaba esperando Fujita. Ambos abordaron un avión que los esperaba y partieron volando con rumbo norte.
    El asesinato terminó en fracaso. El jarro de café untado con el veneno fue tomado por pura coincidencia por el ayudante Robles. Murió quedando con los ojos abiertos en blanco con tremendas convulsiones en todo el cuerpo después de haber sido atacado por un intenso dolor.
 


COMIENZA LA VENGANZA

 

Era evidente que el criminal había sido Jo. Lo comprendieron no tan solo porque no estaba en su lugar habitual sino porque había salido huyendo de inmediato. Villa, colérico, hizo que Martín López siguiera las pistas de Jo. Martín se dirigió al Rancho Colorado; ató las manos a las espaldas a cinco japoneses que cuidaban el lugar, y los sometió a un interrogatorio acerca del paradero de Jo. Martín ató a los cinco por el cuello con lazos que pasaban por la viga de la casa, y ató el otro extremo a la silla de un caballo. Los cinco hombres que fueron considerados cómplices, fueron colgados. Villa, quien fue traicionado por Jo en quien confiaba, comenzó a aprehender y a matar a los japoneses que vivían en cada región.


EL MINISTRO ADACHI PROTESTA

 

El emisario en México Adachi Muneichiro quien recibió este informe, hizo su reclamo al gobierno central pero esto a Villa ni le causó ni pena ni congoja. El gobierno central de ese tiempo era el recién nombrado Presidente Carranza y no podía hacer nada contra Villa. Teniendo su escondite en una cueva rodeada por las escarpadas montañas, Villa continuó sin cambios recorriendo las montañas y los prados liderando a sus hombres desenfrenados. A veces atacaba las grandes haciendas, liberaba a sus camaradas presos o balaceaba a los traidores.

 

Pie de foto: Jo Tsutomu, quien fracasó en su intento por asesinar a Villa. “México, el gran tesoro”

 

PÍDELO A YAMAMORI KEIZABURO

 

La legación no pudo hacer nada. “Militares a los militares” , el ministro recordó que un destructor japonés había llegado a San Francisco.  El capitán era Moriyama Keizaburo.
     Llegó un comunicado a Moriyama de parte del gobierno japonés. Decía: “Diríjase a México y entrevístese con Villa. Pida disculpas por los actos viles de Jo y al mismo tiempo pida encarecidamente que detenga los daños a japoneses en lo sucesivo.
     Moriyama había sido enviado a México durante 9 meses a finales del 1913 como capitán del Izumo, hacía 3 años. En aquél tiempo el objetivo principal había sido la protección de los connacionales residentes y la vigilancia de la Revolución Mexicana. Revisó en su navío sin omisión los puertos del litoral del Pacífico. En ocasiones mandaba a sus oficiales al campo de guerra a encontrarse con Obregón. Además los envió a hacer investigaciones a las zonas petroleras de Tampico.
     Las esperanzas se concentraron en Moriyama quien conocía México a profundidad.

 

TAMBIÉN LA ASOCIACIÓN JAPONESA DE CHIHUAHUA COLABORA

 

Hizo tierra dirigiendo el Izumo desde San Francisco  a San Diego y se dirigió en tren a El Paso. Llegando a Chihuahua reunió algunos japoneses con quienes  ideó el plan para convencer a Villa. La Asociación Japonesa de Chihuahua tenía como presidente a Ishikawa Souichi. Era un médico llegado de Japón y también se desempeñaba como presidente de la Asociación de Médicos de Chihuahua. Sin embargo, su español dejaba algo que desear. Buscando, encontró a  un hombre testarudo de nombre Kawakita Yasoki. Había estado empleado durante muchos años como secretario del gobernador del estado y del señor Terrazas, propietario de enormes extensiones de tierra de Chihuahua. Su español era correcto.
     Había una persona más que era adecuada para el encuentro con Villa. Se trataba de Nita Yoshikatsu quien había recibido la condecoración de la Cometa Dorada en la guerra Ruso-japonesa. Se decidió que estas tres personas acompañaran a Moriyama.

 

Ishikawa Souichi “México, el gran tesoro”

 

Kawakita Yasoki y familia “México, el gran tesoro”

 

Moriyama Keizaburo visitando la fábrica de tabaco El Buen Tono administrada por  Ernest Pugibet.  (1914)

 


Lo correcto es decir “estómago” en ese caso pero el común de los mexicanos usa “panza” en ese contexto.

“Armas a las armas” o “fuego con fuego”.