03. Los 22 que llegaron
a refugiarse .
Cuando Kumaichi regresó a la residencia oficial, estaban estacionados 2 autos con capacidad para 6 personas. Esto le causó extrañeza y cuando entró, encontró que estaban refugiadas ahí 22 personas, entre ellos, los padres del presidente Madero, su hija y secretarios. Como era la hora de la comida, hicieron apresuradamente los preparativos para ello y, cuando habían acabado de comer, llegó Sara, la esposa del presidente. Toda la familia del presidente se había refugiado en la embajada japonesa.
Años después, Horiguchi Daigaku, quien en aquél entonces tenía 21 años, describiría los hechos del modo siguiente en “El ramillete blanco”:
“El día 9 a las 2 de la tarde, el ejército se había retirado momentáneamente del Palacio Nacional al arsenal de la Ciudadela, en donde hicieron su base desde la cual combatieron al ejército. Hasta entonces la Ciudadela había estado en poder de las fuerzas del gobierno pero sucedió que un oficial salió en respuesta del llamado hecho desde dentro y fuera a los rebeldes.
El retumbar del bombardeo surgió con estruendo y los citadinos se escondieron en sus casas al unísono y no se veía figura humana en las calles. Sólo se veía pasar en ocasiones algún auto corriendo, casi volando.
Ese día la esposa del presidente, sus padres, sus dos hermanas menores, doña Mercedes y doña Angelina, cada cual con sus hijos y acompañados por sus criados y criadas, etc. se refugiaron en la residencia oficial de Japón. En conjunto eran más de 30 personas. La extensa residencia resultó ser estrecha para todos ellos. ¿Por qué buscaron refugio en la residencia oficial japonesa? Ello se habrá debido a la cotidiana relación de amistad y a que pensaron que era un lugar de refugio seguro en el cual podían confiar sus vidas.
Cuando los japoneses residentes en la Ciudad de México tuvieron conocimiento de esto se alegraron mucho. Todos ellos abandonaron sus casas, abandonaron sus negocios y acudieron en tropel a la residencia oficial, cuya misión se convirtió en dar protección a estas aves perseguidas que entraron en este regazo japonés. Entre la lluvia de disparos hacían correr sus autos, o iban en búsqueda de información, o caminaban veloces a realizar sus asuntos.
Tal y como lo dice el refrán japonés “cuando el pajarillo se refugia en nuestro seno…”, la familia del presidente Madero llegó huyendo a la residencia oficial japonesa, pero los soldados del ejército rebelde los venían persiguiendo. Soldados armados con fusiles rodearon la residencia exigiendo que se les entregara a toda la familia.
Francisco I. Madero y Familia. A la izquierda del presidente , con su sombrero , su esposa Sara (1912).
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